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Presiento un cambio en tí, una toma de conciencia de quién eres y quién deseas ser. Es inevitable lo que está a punto de ocurrir.
Será un nosotros en círculo cerrado a la luz de terceros, un nosotros que detendrá la expansión del universo, un nosotros construido de deseo torturado y retorcido sobre sí mismo como hierro candente. Serás Aleph. Y reposaré en tí, que todo lo contienes.
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Si deseas dejar un comentario, es bienvenido. Te anticipo, no obstante, que no contestaré por expreso deseo de la mujer a la que amo. Rara vez cuestiono lo que la hace feliz.