5/10/09

Gene Bilbrew

Hoy te he comprado un zapato de tacón de aguja negro, repleto de brillantes... en Swarovsky. Pende de un cordón de seda negro, reposando en tu bajo cuello. Te miras presumida y orgullosa en el espejo de la tienda.
Presiento un cambio en tí, una toma de conciencia de quién eres y quién deseas ser. Es inevitable lo que está a punto de ocurrir.
Será un nosotros en círculo cerrado a la luz de terceros, un nosotros que detendrá la expansión del universo, un nosotros construido de deseo torturado y retorcido sobre sí mismo como hierro candente. Serás Aleph. Y reposaré en tí, que todo lo contienes.

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