8/6/09

Leone Frollo

Cuando buscas tu propio placer te gusta acariciarte con una mano y usar la otra para rozar con las yemas la intimidad de tu sexo. Hoy, que mi boca hace ese trabajo, con la mano libre jugueteas con mi sexo y mi derrota. Mientras alcanzas el cielo, mis labios sentirán el abrazo de tus muslos y mi trasero la curiosidad creciente de tus dedos.

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Si deseas dejar un comentario, es bienvenido. Te anticipo, no obstante, que no contestaré por expreso deseo de la mujer a la que amo. Rara vez cuestiono lo que la hace feliz.