6/5/09

Vargas

No sé si deseo reeditar el contrato que nos une. Te fantaseo envuelta en seda, dueña de gestos lentos que aten mi deseo, pero el precio es excesivo: perderte, perderme. Mi rendición ha dejado sin pulso a la yema de tus dedos. La sumisión, la derrota, la paz, sólo han traído tu ausencia y, en última instancia, palabras de desprecio que no trazaré.

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