23/5/09

Milo Manara

Mi deseo perpetuo se ha desvanecido. Te deseo a ratos de siesta y roce. Te deseo desde la libertad reconquistada en este terreno de iguales. Te deseo sin alimentar mis obsesiones, vaciándome cada noche, cada vez que aparecen. Sigues siendo la semilla de mi deseo, pero ahora, cuando duermes, cuando estás ausente, soy dueño de cada brote.

1 comentario:

  1. Te sigo pero no quiero enturbiar esta maravilla de blog, claro que si tienes la opción de los comentarios será que, al menos, no te incomodan sobremanera.

    Un besito

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Si deseas dejar un comentario, es bienvenido. Te anticipo, no obstante, que no contestaré por expreso deseo de la mujer a la que amo. Rara vez cuestiono lo que la hace feliz.