30/4/09

Vag

Después de recorrer las calles medievales terminamos delante de la cartelera de Cine Cite. En Francia, donde no doblan las películas, mis ojos buscan alguna en inglés. Hay un par de opciones.
- Si quieres entramos, pero hoy es la noche en que podrás tocarme. Quién sabe cuando volverás a tener otra.- apuntas.
Diez minutos más tarde, estamos desnudos sobre la cama. Durante casi una hora, declinas poemas de Rimbaud cargados de tristeza, desasosiego y desesperanza. Lees alternando el idioma que comprendo con aquel que siempre suena a caramelo. Yo escucho, desnudez contra desnudez, recorriendo tu cuerpo con los dedos preñados de aceite. Poco a poco voy conquistando terreno, ganando piel. Acabo a horcajadas sobre ti, dándote la espalda y encajonado mi torso contra tus largas piernas y besando suavemente tus pies. Te dejas hacer, mientras los sonidos de azúcar salen de tu boca. Permites que ocurra, mayestática, inmune, mientras yo desespero. Esa es tu sutil forma de tortura.

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