23/3/09

Bishop


El otro día, en Decathlon metí una fusta en el carro en la sección de equitación. Cuando la viste, mientras ponía la compra en caja, sonreíste mi ocurrencia. La cajera la introdujo en una bolsa, desprovista de toda carga simbólica, junto a dos pantalones, unas botas de montaña y una cometa.
- Nunca había tenido una cometa.- comentaste de camino al coche.
Al llegar a casa y vaciar la compra, llevo la fusta hasta nuestro dormitorio. Es de color rosa, como todos los elementos que pueblan tu cajón secreto. Mientras me pongo el pijama, no puedo evitar la tentación de pasar su punta por la piel desnuda, descubriendo su tacto por primera vez, sabiendo que no será la última.

1 comentario:

  1. Jejejeje, que buena, pero que buena¡¡¡

    Os descubrí ayer, através de un link que tiene mi bichito en su blog y no, no puedo parar de leer...que blog tan chulo, tan sencillo y tan fascinante.

    Besotón
    I

    ResponderEliminar

Si deseas dejar un comentario, es bienvenido. Te anticipo, no obstante, que no contestaré por expreso deseo de la mujer a la que amo. Rara vez cuestiono lo que la hace feliz.