21/2/09

Namio

El rostro de él desaparece, casi ahogado. Me pregunto que siente al estar donde desea, casi al borde de la asfixia. La fuerza de esta imagen están en su simbolismo. Los músculos de él, como los mios, en tensión permanente. Ella, como tu, sonrisa, dulzura, curva, falda de seda y fetichismo de medias y tacones. Esta forma de amar tiene algo de excesivo. Cualquier día, seremos ellos. Yo, dehecho, ya soy él. Ante el mundo soy soberano de mis actos, ante ti, descanso y obedezco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si deseas dejar un comentario, es bienvenido. Te anticipo, no obstante, que no contestaré por expreso deseo de la mujer a la que amo. Rara vez cuestiono lo que la hace feliz.