7/2/09

German

Me doy cuenta de que contemplas mi deseo con cierta distancia. Hoy, después de observar tus piernas durante toda la tarde, enfundadas en tus medias, me derrumbé sobre ellas en cuanto los invitados se fueron de casa. De rodillas, en el suelo de la cocina, acaricié tu carne, busque tu olor desesperado... De pie, inmóvil, complacida, te dejabas hacer. Esta forma de amar permite que el sexo no sea nunca incómodo. Tú lo tienes y lo concedes cuando deseas.

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