15/9/09

Dali

Dicen de ellos que jamás hubo coito. Contemplo el misterio insoluble de sus lazos inconfesos, fascinado por las posibilidades metafísicas del sexo. Para el mayor de los egos, ella fue la inspiración despersonalizadora que desmanteló la vigilia. A través de ella, llegó la ensoñación y los estados alterados de conciencia.
Darse. Darse a Dios, a una idea, a la Dama... Presiento que el viaje es el mismo. Al fin y al cabo, ¿cómo se llega a otorgar a la compañera el status de ama? Sólo a través del misterio de la encarnación, real o ficticio, de un ideal. La belleza se hace carne y es amada más allá de uno. Y al ofrecerse plenamente, al renunciar a uno mismo, al entregarse al Grial, comienzó la experiencia impersonal y trascendente...

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