24/7/09

Kaila

Te has comprado una guitarra preciosa con el firme propósito de aprender a trastearla este verano. Es un instrumento medio, delicado, fragil, sensible, vibrante. Tus manos, esas que me vuelven loco al contacto con mi piel, se mueven con torpeza por la madera, aprediendo los primeros acordes capaces de arrancar de sus cuerdas algunos armónicos. Tus yemas sufren el calor de las cuerdas. Te doy las primeras nociones. Acorde de La, Mi Mayor... Vas y vuelves entre mis palabras y un viejo libro de ejercicios. De repente cierro el libro de un golpe y te inquiero:
- Elige, o me sigues a mi o sigues al libro.
Por un momento habita el amo que fui. Y la esclava que fuiste.

1 comentario:

Si deseas dejar un comentario, es bienvenido. Te anticipo, no obstante, que no contestaré por expreso deseo de la mujer a la que amo. Rara vez cuestiono lo que la hace feliz.