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¿Quién es el autor de esta ilustración? Cierro por vacaciones con un enigma cuya solución, vaya por delante, desconozco a mi pesar. En mi peregrinaje por las obsesiones ajenas en busca de las propias me he reencontrado una y otra vez con los mismos artistas, lo que me ha permitido catalogar mis primeros hallazgos, cuando buscaba sin método. Esta rareza se ha ido quedando sola en el rincón del disco duro reservado a las piezas de la desmemoria.

En ese rincón soleado, por el que paso cada vez que busco en las otras capetas, se detienen siempre mis ojos para recorrer los pliegues de este monocromo, que abre mis poros fetichistas. Mis ojos se emboban especialmente en el pie derecho, desnudo, ofrecido, tenso, envuelto en un realismo de costuras negras. Al otro lado, el zapato incorpóreo deja ver el gesto interior de los dedos para retenerlo en esa posición marciana, destinada a atrapar con la belleza de su equilibrio el deseo del que mira. La sutileza del ser humano que ha trazado este diseño llega al punto de difuminar la continuidad de las medias y la profusión del sexo, para no distraer la mirada de los pies de la diosa que retrata. No retrata la realidad, sino la mirada obsesiva.

Durante meses, la ausencia de dueño me ha impedido usar una de las imágenes más bellas que tengo. La justicia poética ha querido que no sea flor de un día, sino escaparate de mi silencio y descanso. Y, quien sabe, quizás, a mi vuelta de vacaciones, encuentre aquí la solución del acertijo.