En tu cajón secreto se esconden lazos como este, de traslúcida belleza. Entre semana, en que el juego se resume, no llegas a ponértelos. En las tardes de descanso dominical y guión sofisticado, la exaltación de mi deseo incluye largas visiones de corpiño y camisón antes de consumarse.
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Si deseas dejar un comentario, es bienvenido. Te anticipo, no obstante, que no contestaré por expreso deseo de la mujer a la que amo. Rara vez cuestiono lo que la hace feliz.