13/6/09

American 90

En las tardes de domingo, te gusta reposar sobre la cama y dejarte amar. Ofreces tus piernas vestidas de encajes y costuras. El tacto de la seda sobre mis labios, bajo el que percibo tu piel de marmol blanco, duro y gélido, abre el laberinto en el que me pierdo. Habito fuera del espacio y del tiempo, habito el instante narcótico, la sensación de que nada importa pues nada existe más allá del fetichismo, la entrega y el amor que se respira en esa habitación. No hay más patria ya que esas tardes.

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