25/6/09

Jim German

De camino a casa, distancia y cansancio. Un muro de tensión cotidiana entre nosotros nos separa. Me voy al estudio a ordenar papeles, a estar solo. Una hora después apareces en el rellano en camisón negro, sosteniendo la fusta que te regalé.
- Has terminado de hacer lo que estás hacindo. Ven conmigo... Me llevas al baño y me frotas el cuerpo entre susurros. No habrá sexo entre nosotros, no habrá fusta siquiera, que queda arrobada sobre el cesto de la ropa sucia. Buscas, sencillamente, abrazarme y sentir mi abrazo. Y te disfrazas para lograrlo.

1 comentario:

  1. -nuevamente etiquetas :))) una sonrisa complice me hace ver mi propia realidad, Gracias por conpartirlo.

    ResponderEliminar

Si deseas dejar un comentario, es bienvenido. Te anticipo, no obstante, que no contestaré por expreso deseo de la mujer a la que amo. Rara vez cuestiono lo que la hace feliz.