10/6/09

Hentai

Me gusta el modo en el que la flor se abre, ofreciendo todo su nectar a la boca de aquel que está dispuesto a padecer a cambio el tomento de la carne. El beso es tan profundo que las líneas de su cara se funden contra la entrepierna, como si el rostro humano hubiese sido diseñado ergonómicamente para ser silla. A cambio, ella aplica con suavidad y firmeza la tortura de su sexo, de su pecho, de su carne.

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