2/5/09

Hentai

Añoro lo que aún retengo. París se me escapa con cada tic tac del reloj ante un café noir que no acabo para retener el derecho a reinar sobre una pequeña mesita de mármol frente al Loubre y La Sena.
Mientras escribo, tú contemplas la vida que deambula en hierático silencio. Hace apenas media hora, paseando por la orilla izquierda en la que Baudelaire escupió sus versos cargados de verdad incómoda, te he preguntado abiertamente por tus sensaciones.
Me has confesado que te sientes muy poderosa. Yo no respondo. Pienso en como todo ese poder real me envuelve, me acaricia, me empuja, casi me ensalza.
Poder que nunca arremete ni humilla.
Me siento probado, pero tremendamente amado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si deseas dejar un comentario, es bienvenido. Te anticipo, no obstante, que no contestaré por expreso deseo de la mujer a la que amo. Rara vez cuestiono lo que la hace feliz.