En la calle, siempre, zapato plano. Eres tan alta que tus zapatos rojos de tacón, ahormados para mis pupilas, sólo conocen el raso. Que bella desnudez velada, cuanto tuyo.
Si deseas dejar un comentario, es bienvenido. Te anticipo, no obstante, que no contestaré por expreso deseo de la mujer a la que amo. Rara vez cuestiono lo que la hace feliz.
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