Desnudez vestida, siempre. El velo, símbolo arcaico de lo oculto en el centro del templo, allí donde el hombre común arienta la mirada pero nunca pondrá las manos.
Si deseas dejar un comentario, es bienvenido. Te anticipo, no obstante, que no contestaré por expreso deseo de la mujer a la que amo. Rara vez cuestiono lo que la hace feliz.
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