20/4/09

Vargas

El poder que te concedo tiene mucho de amor cortés. Hubo un tiempo de juglares en que se cantaban las gestas que los hombres ofrecían no a Dios sino a la Señora de virtud inmaculada. Yo sé y tú sabes cuanto error hay en esa fantasía. Ambos somos estrellas caídas que comparten su momento de impureza y destierro.
El poder que te concedo refleja mi debilidad; el que tomas refleja la tuya.

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