22/1/09

Vargas

Sólo Vargas podría haber pintado esta pin-up, tributo a la belleza femenina envuelta en una arquitectura sinuosa de catenarias irreales. Fetichismo al borde de la rendición másculina que me recuerda todas esas veces en que te vistes para mis ojos, aunque no me dejes tocarte.

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Si deseas dejar un comentario, es bienvenido. Te anticipo, no obstante, que no contestaré por expreso deseo de la mujer a la que amo. Rara vez cuestiono lo que la hace feliz.