La cesión absoluta de poder me acerca a este universo en el cual todos mis pensamientos acuden a tí, como los radios de una rueda a su centro. He renunciado al libre albedrío para venerarte mejor. Aquí, el deseo del hombre, expansivo por naturaleza, se contrae sobre si mismo. En el centro de la rueda, no es el orgasmo, sino tu mano quien manda.
Esposada en Ahora me ves
Hace 10 años
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Si deseas dejar un comentario, es bienvenido. Te anticipo, no obstante, que no contestaré por expreso deseo de la mujer a la que amo. Rara vez cuestiono lo que la hace feliz.