29/10/09

Reina por un día


Recuerdo que al despertar pensé "Al fin sábado y estamos solos". -¿Qué quieres hacer hoy?- Me preguntas -Quiero ser tu reina por un día, desde ahora hasta medianoche- contesto con firmeza. Como era de esperar mi proposición te seduce. Nos quedamos en la cama hasta las doce explorando mis deseos. Desayunamos, paseamos en bici, comemos en la terraza. Hace un día espléndido. Contemplo el horizonte y pienso que la vida es maravillosa. Te siento cerca de mí, me siento cerca tuyo. Sonrío al pensar en nuestras iniciales en el árbol y me siento adolescente por un momento. Después de comer me entregas la llave que llevaré al cuello hasta que decida liberarte de tu castidad. Tu ofrenda me conmueve y durante la siesta fantaseo con las posibilidades que me ofrece mi fugaz reinado hasta que empiecen a sonar las campanadas de las doce.

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