21/5/09

Vester

Él día trascurre entre silencios incómodos. Por la tarde, las palabras generosas deshacen cualquier nudo previo y nos besamos con pasión redescubierta. Te vistes con sedas interiores y secretas para agradarme en la cama de nuevos equilibrios. Utilizo por vez primera mi nuevo juguete con firmeza y dulzura. Es tu propia mano, bajo mi tutela, la que lo introduce totalmente antes de que permita que te toques. Te dirijo con el tacto de la fusta, que aplico sobre tu desnudez, muy cerca de tu sexo. Y, cuando sobreviene el agitado y olvidado climax de la que se ha dado, noto como arqueas el cuerpo facilitando el acceso a tus nalgas que ruegan el calor de la fusta.
Tardaremos en cambiar papeles. Ocurrirá sólo cuando yo lo sugiera en tu oído. Te pido que imagines que son las cuatro de la mañana. He vuelto de mi cena y tú me esperas despierta. Exiges que bese tus pies mientras pido perdón por mi tardanza. Asumes la situación que provoco, para sondear tu libertad. Estas recostada en la cama. Beso tus pies dándote la espalda. Al alcance de tu mano, la fusta y el juguete abandonados...
Deseo sondear tu libertad, abandonarme a la mera incertidumbre.
Me azotarás sin ira.
Y jugarás con mi nuevo juguete rosa y mucho, mucho aceite.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si deseas dejar un comentario, es bienvenido. Te anticipo, no obstante, que no contestaré por expreso deseo de la mujer a la que amo. Rara vez cuestiono lo que la hace feliz.