20/3/09

David Wright

Tres horas de tren, rodeado de desconocidos. Mujeres y hombres vestidos para seducir, para cerrar tratos. Humana seducción omnipresente... . Me doy cuenta de que vamos habitando un lugar ajeno al que nadie alcanza. La entrega absoluta es una torre de marfil. Lo más hermoso de este lazo de vida será envejecer juntos. Incluso entonces, cuando tu deseo se haya secado, tu sed de dominar el mío me salvara del mundo.

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Si deseas dejar un comentario, es bienvenido. Te anticipo, no obstante, que no contestaré por expreso deseo de la mujer a la que amo. Rara vez cuestiono lo que la hace feliz.