4/2/09

Milo Manara

En el submundo de la dominación sensual y sus teorías, existe una corriente extendida que defiende la supremacía femenina frente al hombre. El poder es como una hidra de mil cabezas que siempre intenta legitimarse a si mismo. Creo que la esencia es mucho mas simple: domina aquel que vence en la confrontación de los deseos y, sobre el suave raso, tendrás siempre más cartas que yo.
Por eso, me pregunto cómo pudo ser que un día fueses mía. Tu derrota es mucho más compleja que la mía, tu deseo mucho más elaborado. Posiblemente, a través de tu sumisión, entreviste una vía hacia las profundidades del conocimiento mutuo. Ahora eres la dueña de ese abismo que es nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si deseas dejar un comentario, es bienvenido. Te anticipo, no obstante, que no contestaré por expreso deseo de la mujer a la que amo. Rara vez cuestiono lo que la hace feliz.